jueves, 3 de febrero de 2011

infidelidad


No sé si fue la música que sonaba, los 3 Martini que había bebido, o el verde de tus ojos que me miraban fijamente, lo que sí que sé, es que no debía haber acudido a aquella cita.
Lo supe tan pronto colgué el teléfono tras decirte que iría, en el fondo que más daba, éramos amigos ¿no?, intenté convencerme, habíamos quedado otras veces, no había nada distinto en esta.
Mentía, y lo supe cuando me encontré probándome medio armario. Nunca antes había tenido problemas con esto, una camiseta, un vaquero, unas botas, un bonito pañuelo y a la calle, dispuesta a pasar la tarde con un buen amigo, algo pasaba, lo sabía yo, y lo sabías tú.
Y allí estábamos ahora, yo achispada y tu riendo, yo perdida en tu ojos y tú, tú perdido en mi cuerpo.
Quería salir de allí, salir corriendo, huir, no podía hacer lo que estaba haciendo, no podía mirarte así, no podía hablarte así, no podía desearte así.
Pero lo hacía te miraba para guardar el momento en mi recuerdo para siempre, no hablaba contigo, coqueteaba y sí, te estaba deseando.
No sé si lo leíste en mi cara, o si directamente lo dije, creo que podría haber dicho cualquier cosa esa noche, y nos besamos, nos besamos como hacía tiempo que no besaba a nadie, con amor, deseo, y toda la dulzura del mundo.
Y aquí estoy hoy sentada, pensando en lo sucedido esa noche, y reviviendo cada momento en mi mente, me gustaría llamarte, escribirte, saber qué estás pensando, que piensas hacer, y…no puedo, alguien a mi lado me coge de la mano.
Sabe que estoy con él, pero no en qué estoy pensando.

2 comentarios:

  1. creo que cada vez te lanzas mas y con mayor libertad y criterio para escribir sobre la mujer en toda su dimension positiva y negativa, buena, mala o... peor! jaja realmente eres escritora. anda, se constante y sube mas relatos! ;)
    un beso!

    ResponderEliminar