Una noria girando sin parar a una velocidad a la cual cualquier ojo humano diría que esta parada, un tiovivo fantasma diversión en otro tiempo de los que hoy son ya historia, cenizas de un pasado glorioso que levantan ampollas en un presente decadente, resaca de una noche de la que solo se recuerda la primera copa del peor whiski, despertar en una cama vacía en la que pocos minutos antes yacía una puta barata de mirada perdida, tabúes de una existencia sin sentido.
Caminando lo descubrí.
Un pequeño de pasos inseguros agarrado a la firme mano de su madre, una abuela que ríe, el primer beso de dos adolescentes que se juran amor eterno, la lluvia cayendo por la cara, una mirada furtiva de un joven que coquetea desde la barra, un café y un buen libro, placeres de una existencia sin sentido.
Caminando lo descubrí.
Que la vida se hace caminando, escogiendo un camino u otro, que unas elecciones cambian por completo el futuro de nuestra existencia, ¿Por que…? ¿Qué es la vida sino un largo viaje del que se desconoce el recorrido y el destino final?
Reflexiones de una existencia sin sentido.
